Respecte cap als barcelonins

Sembla que els turistes que ens visiten pensen que la ciutat només és per ells, no per la gent que habitualment vivim en ella i intentem conservar-la en les millors condicions perquè quan ells venen puguin veure-la i fotografiar-la però segurament quan vinguin els seus familiars o amics animats pel que els primers els hi expliquin ja no trobaran la mateixa ciutat, trobaran una ciutat degradada, bruta, ...

Us deixo un article del Juli Capella, president del FAD, que reflecteix això... 

23/7/2008  SIETE X SIETE // JULI CAPELLA

En su casa no lo hacen

JULI CAPELLA

Por aquí se pasean medio desnudos, como si les importase un pito exhibirse entre seres inferiores. Van descalzos, con feas bermudas, o con shorts apretados mostrando michelines. Exhiben sin pudor sus quemadas carnes, espaldas pecosas sonrosadas y sobacos peludos sudorosos. Muestran la cara embadurnada de cremas y potingues mantecosos. Fuman porque aquí es más barato, y tiran la ceniza y las colillas al suelo de forma habitual. No se esfuerzan en hablar más que su propia lengua y siguen comprando los diarios de su país, ajenos a cualquier interés por la cultura local. Exigen hacer los mismos horarios que en su país, sintonizar en los hoteles sus canales de televisión y que les sirvan sus marcas de cerveza importadas. Tragan sin mesura aprovechando las ofertas alcohólicas. La pillan a conciencia y sin escrú- pulos; a eso han venido muchos. Se duermen en las sillas, en la playa o en el suelo sin ninguna vergüenza. Tiran las latas, botellas y envoltorios de los helados por cualquier parte. Se mean en cuanto les apetece, en un árbol, muro, jardín, maceta o esquina. Saben que, como guiris, gozan de un plus de permisividad.
Se lo han traído todo de casa, y volverán con tabaco, vino y algún horrible suvenir de la España más folclórica, fabricado en China. Pero cuando lleguen de vuelta a sus países, se arreglarán, se ducharán, se cubrirán con ropa decente y no se les ocurrirá eructar en pú- blico, ni vomitar, ni tirar nada al suelo. Bajarán el tono de voz. Serán gente educada, británica, europea. En su casa no hacen estas cosas.
Son una pequeña parte de los 55 millones de turistas que nos visitan cada año. Por tanto, muchos miles cada verano.